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martes, 18 de junio de 2013

El jardín de Don Mariano Cabrerizo en Valencia


      Un artículo en la revista Valencia Atracción (Soler, 1950) "Un general ruso en la Valencia de hace un siglo", nos relata com el 14 de abril de 1851, un general ruso visitó Valencia "Con Rusia hubo poca relación, algún barco de naranjas llegó a Odesa, pero eso fué una cosa esporádica. Que algun ruso visitara nuestras tierras, tampoco ha sido cosa frecuente. Pero si alguno vino quedó prendado de nuestra ciudad y de nuestra huerta, como así ocurrió con el general ruso que hace ahora un siglo estuvo aquí. Fue exactamente el 14 de abril de 1851. Al amanecer ancló en el fondeadero el paquebote de vapor español Primer Gaditano, conduciendo a bordo desde Cádiz a Barcelona a un general ruso, ayudante del emperador Nicolás, que acababa de visitar la corte, donde había sido muy agasajado. Guardando un riguroso incógnito , y sin querer admitir un carruaje que tenía dispuesto, se vino a pie a Valencia, acompañado de su intérprete, y del capitán del puerto, pues quería, según manisfestó, examinar a placer la preciosa vega que circunda Valencia. Antes de entrar en ella visitó el jardín de don Mariano de Cabrerizo, donde quedó admirado de la abundancia y lozanía de los naranjos; la jardinera al salir, le ofreció un ramo con seis naranjas, obsequio al que se mostró muy agradecido por la espontaneidad del ofrecimiento. Después entró en el jardin del Real Patrimonio, cuyos enmarañados bosquecillos y excelente disposición sorprendieron agradablemente al viajero". Destacamos esta nota, pues la visita al jardín de don Mariano Cabrerizo, aragónes afincado desde joven en Valencia, editor renombrado de numerosas obras de la época, con el que compartió muchos momentos el escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez (un niño, que visitaba a su tía, empleada de Don Mariano), y que en 1839 adquirió la propiedad de unos terrenos situados junto a la Alameda de Valencia, un jardín histórico de esta ciudad, (hoy en día solamente encontramos edificios en esta zona), que había ocupado la ermita de la Soledad, donde construyó una casa, junto a la cual pensó en construir una capilla dedicada a la Soledad.
     Madoz (1845) nos aporta información sobre la historia de este jardín: "Jardin de la Soledad, ó casino de Cabrerizo. Inmediatos y al E. del anterior, se encuentran los nuevos jardines del Sr. Cabrerizo, que tambien tienen su historia particular. En un pleito que tuvo por largo saños D. Rodrigo Caballero y Llanes, justicia mayor de Valencia, con el Illmo. Cabildo ecl., sobre conservación de preeminencias y otras cuestiones de menor interés, fue condenado por el Supremo Consejo de Castilla, á que en desagravio construyese á sus espensas una cpailla, dejando á su arbitrio el elegir el sitio y otras circunstancias para verificar la obra con arreglo a lo mandado. Poseía D. Rodrigo unas huertas de poca consideración que lindaban á lo largo con el espacioso paseo de la Alameda, y por los estremos con los molinos de Borrel y de Pilares, en los que existia una pequeña ermita dedicada á Ntra. Sra. De la Soledad, y D. Rodrigo quiso hacer de ella un bellisimo santuario; el sitio correspondia realmente al título, pues á pesar de su proximidad á aquel paseo, los muchos árboles y arbustos que la circulan parecian aislarle y colocarle á una larga dist., lo cual le consitutia un paraje sumamente ameno y solitario. Valiose para la obra de los conocimientos del maestro Vicente Vergara, quien en el año de 1716 formó un templete ovalado cerrado por una cúpula de las mas bellas proporciones, y en un pequeño altar revestido de mármoles del pais, así como el resto de la capilla, colocó la imagen de Ntra. Sra. De dicho titulo; bajo de ella construyó un pequeño panteón, que destinaba D. Rodrigo para entierro suyo y de sus sucesores, y á la izq. Una casita para habitación de los religiosos á cuyo cuidado fió el santuario. A su frente formó una crecida plaza circular, rodeada de cómodos asientos de piedra, y circuida hasta cierta altura de jarmines, rosales, naranjos y otros árboles y enredaderas entretegidas con esmero, y en el centro se conservó cuidadosamente la encina á cuya sombra se reunian en otro tiempo el benerable señor virrey y patriarca D. Juan de Ribera, San Luis Bertran, Nicolás Factor, los duques de Gandia y otros personajes contemporáneos. Trasladado D. Rodrigo á la superintendencia general del Principado de Cataluña, por escritura autorizada en 27 de setiembre de 1718 por Jerónimo Sastre, escribano de Barcelona, hizo donacion á la prov. y conv. de religiosos franciscanos descalzos, titulados de San Juan de Ribera que habia fundado en 1574 el espresado Sr. Patriarca, de la referida ermita y huerta aneja, con la precisa condicion de deber vivir y estar en ella de continuo, para que pudiesen prestar la correspondiente asistencia espiritual á lo shab. de aquellas cercanias. Aceptada por el conv. la donacion, pasaron á vivir en la casita 2 sacerdotes y un lego; se labró un pequeño campanario sobre la puerta de la ermita, y de este modo quedó completamente la obra mas curiosa y rica de cuantas se conocian en aquellos alrededores. La venida del ejercito francés á la cap. en 1808 hizo que desapareciese este bello santuario, asi como otros suntuosos edificios, cuya demolición se consideró indispensable para la mejor defensa de la plaza, y solo los escombros que se veían en el óvalo o plaza é inmediaciones hasta hace pocos años, recordaban el paraje donde había existido: pero en 1839 adquirió el terreno D. Mariano de Cabrerizo, sujeto amante de las artes, el cual, conocedor de esta hermosa posesion, si bien bajo distinto aspecto, hizo desaparecer aquellas ruinas y construyó una linda casa de campo y jardin conocidos hoy dia por el título de Casino de Cabrerizo".   


Bibliografía

Madoz, P. (1845) Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Alicante, Castellón y Valencia. Edición Facsímil. Edicions Alfons el Magnànim. Institució Valenciana d´Estudis i Investigació. Valencia.
Soler, E. (1950) Un general ruso en la Valnecia de hace u siglo. Valnecia Atracción 195: 10.

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