Uno de los jardines de la ciudad de Valencia con más historia, es probablemente La Alameda. Uno de los elementos arquitectónicos más significativos de este antiguo paseo, son dos edificios con forma de torre, las conocidas antaño como "Torre de Santiago y Torre de San Felipe. Elementos antiguos en la arquitectura y los jardines valencianos, son destacados en un artículo publicado por García (1971) en la revista Valencia Atracción. Indica el autor "... con dos gemelas casas, de trazo un tanto poético, con sus triangulares tejadillos de mayólica azul y que están emplazadas al principio mismo del paseo de la Alameda, los casilicios". Este autor nos aporta algunos datos históricos: "En la antigüedad dichas construcciones, destinadas después para casetas de los guardas, fueron conocidas con los nombres de Torre de Santiago y Torre de San Felipe, existiendo respecto a esta última unas muy interesantes notas contenidas en los Libros Capitulares acerca de las provisiones de la Ilustre Ciudad de Valencia. Uno de tales apartados o asientos lleva la fecha del 5 de octubre de 1754, y hace referencia a las obras llevadas a cabo por José Herrero en la torre de San Felipe de la Alameda, una segunda anotación corresponde al 16 de febrero de 1764 y también en ella se vuelve a mencionar al antes aludido José Herrero y otros, por nuevas obras o reparaciones en la anteriormente citada Torre de San Felipe; asimismo en junio del año 1870 se especifica la realización de unas terceras obras en las Torres de la Alameda. Resultaría sin duda prolijo el concretar por fechas todas y cada una de las reformas y trabajo de restauración llevados a cabo en los referidos casalicios. La Alameda, conocida en una época como El Prado de Valencia, vino a ser la primera obra pública emprendida por la ciudad al iniciarse la etapa reformista proyecto que fue inspirado por don Rodrigo caballero y Llanes, del hábito de Santiago, intendente corregidor de Valencia. Este mismo prohombre fue quien, según cita el P. Teixidor, mando fabricar dos grandes torres cuadradas con ventanas y balcones a los cuatro aires, y a las espaldas de cada una habitación que no llega al primer orden de ventanas. Remata cada torre con un capitel de madera, que cubrieron con planchas de plomo tan delgadas que derritiéndolas el sol, se quitaron, cubriéndola de tejas azules, y sobre los capiteles veletas, muy curiosas. Existe una vieja y curiosa anécdota por la cual se da noticia del pleito que existió entre las parroquias de San Esteban y Santo Tomás sobre a la que debía ejercer su mandato de feligresía en dichas torres ordenándose que en tanto siguiese en pie el litigio, los moradores de ambas edificaciones habrían de depender de la parroquia de San Pedro Apostol, pasando posteriormente, en 1 de marzo de 1902, a Santo Tomás. Son en extremo curiosos los cinco escudos de armas esculpidos e piedra que se encuentra emplazados sobre la fachada principal de las aludidas torres, así como la inscripción grabada en las lápidas de mármol negro que están situadas a la altura del balcón del segundo piso de cada torre o casilicio. Su texto epigráfico dice así: Reinando en las Españas Felipe V, mando hacer estas torres, estos jardines y restablecer la pública recreación de este paseo Don Rodrigo Caballero y Llanes, caballero habito de Santiago, del consejo de S. M. y superintendente general de Justicia Policia Guerra y hacienda de este reino de Valencia. Año 1714".
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